JUVENTUD Y JUVENTUDES
Cada vez son mayores las
distancias y los puentes rotos que van surgiendo entre el mundo juvenil y el
mundo adulto, cuestión que aflora en las familias, en las escuelas, en las
comunidades locales, en las organizaciones de diversos tipos y en propios
grupos de jóvenes.
Los jóvenes tienen un espíritu
emprendedor y al mismo tiempo optimista, salud mental y alegría, sin embargo
estas ideas se ven interrumpidas o cortadas por la realidad económica.
Los jóvenes son los alumnos en
preparación para las situaciones futuras, es decir, están en proceso de
adquisición de las herramientas para afrontar las acciones venideras.
Desafortunadamente las críticas y
propuestas que realizan los jóvenes y sus grupos a las formas de vida de sus
sociedades, los agrupamientos, sus formas de relacionarse, vestirse y
comunicarse son vistos como acciones de rebeldía y no adaptación social.
La irresponsabilidad es un patrón
que se visualiza en los jóvenes, sin embargo, ellos los interpretan como la
forma de probar y experimentar.
Pensar y ver a los jóvenes por
igual, es decir, no existen clases sociales, géneros, estilos de vida etc., todos
son uno, es una claro error, pues no tenemos bien definidas las
conceptualizaciones y distingos entre ellos lo que provoca en la sociedad
verlos de equivocadamente y por consecuencia un despliegue de su inteligencia
individualizada.
Se les acusa de todos los males
existentes entre ellos el orden, el progreso y la paz social, y se deja a un
lado las buenas aportaciones que tienen y que no se considera.
Con todo lo anterior estamos en
un mundo en donde lo malo lo ocasionan los jóvenes y lo bueno que realizan es
fruto de la casualidad y fortuna que tiene sin darles el crédito necesarios.
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